¡Dulce María, Madre de Dios y Madre Nuestra! Virgen Desatadora de Nudos, a ti dedicamos las mejores expresiones de gratitud porque inspiraste en nosotros sentimientos de amor y solidaridad. Esos mismos sentimientos queremos compartirlos con nuestros hermanos afectados por graves problemas que atentan contra su felicidad espiritual y material. Confiamos plenamente en tu intercesión milagrosa, y nos comprometemos a difundirla entre nuestros familiares y amigos.
Jaculatoria
Madre nuestra, Virgen Desatadora de Nudos, como prueba de filial afecto y sincero agradecimiento por los favores y gracias que nos brindas, te consagramos hoy, como ayer, y como siempre, nuestros sentimientos, nuestros ojos, nuestros oídos, nuestra lengua y nuestro corazón.
Bendícenos, ¡oh! Madre, Virgen Desatadora de Nudos, refugio del género humano, y afianza la paz plena y definitiva entre nuestros hermanos. Amén.