1. Hacer la Señal de la Cruz.
2. Acto de contrición.
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, creador y redentor mío, por ser tú quien eres, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. Quiero y propongo firmemente confesarme a su tiempo. ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Confío que en tu bondad y misericordia infinita me los perdonarás y me darás la gracia para no volverte a ofender. Amén.
3. Hacer la oración correspondiente al día.
Día primero
Madre y Reina nuestra, Señora Desatadora de Nudos, a ti acudimos confiando en tu inmenso amor, para que logremos vivir y difundir el mensaje de Jesús invocando tu intercesión, para que todos los cristianos alcancemos el reino de los cielos y sea posible la paz entre todos los hermanos de la tierra.
Jaculatoria
Madre Nuestra, Virgen Santísima, líbranos del enemigo y en la hora de la muerte recíbenos como hijos fieles y predilectos.
Día Segundo
Santísima Virgen María, te invocamos fervorosamente para que incrementes en cada uno de nosotros una inquebrantable fe y la firme esperanza en las promesas de salvación eterna junto a Jesús, así como también la solución de nuestros problemas temporales, "desatando los nudos" de la adversidad que atenta contra nuestra paz espiritual, nuestro bienestar y la esperanza en un futuro esperanzador.
Jaculatoria
Queremos ser testigos y beneficiarios de verdaderos milagros, por eso acudimos confiados a ti, María, Desatadora de Nudosx
Día Tercero
¡Bendito y alabado seas por siempre Señor nuestro! Porque nos legaste, en María Nuestra Virgen Desatadora de Nudos, a tu propia amantísima y milagrosa Madre para que nos protegiera de todo mal y del común enemigo. ¡Gracias porque a la luz de tu divina sabiduría y bondad infinitas te compadeciste de nuestras angustias frente a la adversidad! ¡Ayúdanos Señor a salvarnos de la falta de fe, esperanza y amor, e ilumina la senda que conduce a la eterna salvación junto a ti y a tu Madre!
Jaculatoria
Somos todos hijos tuyos, ¡oh! Madre Santísima, óyenos, protégenos y no permitas que jamás renunciemos a nuestra fe, ni a nuestra devoción hacia ti.
Día cuarto
Santísima Virgen Desatadora de Nudos, que con maternal ternura refugiaste en tu pecho al Divino Niño Jesús e iluminaste con amor tu hogar junto a San José, te suplicamos que protejas y bendigas nuestra casa, nuestra familia, nuestros niños, adolescentes y jóvenes, hoy tan expuestos a los peligros de esta etapa de sus vidas. Los confiamos a tus cuidados y protección de Madre Celestial.
Jaculatoria.
Virgen María, causa de nuestra alegría, salud de los enfermos y esperanza de la humanidad que aún cree y confía en el milagro de la solidaridad y de la paz, intercede por nosotros.
Día
quinto
Santísima Virgen, Desatadora de Nudos, en nombre de tu Divino Hijo, te ruego infundas en mi alma un profundo sentido del amor auténticamente cristiano. Que tu espíritu de servicio, humildad y compromiso para con el hermano en necesidad me lleven a imitarte. Y que mi corazón se comprometa, como el tuyo, a extender mi mano fraternal y solidaria a mis hermanos.
Jaculatoria
María Desatadora de Nudos, Auxilio de los Cristianos, consuelo de los afligidos, libéranos de las tentaciones del demonio y de los nudos que aprisionan nuestros corazones.
Día
Sexto
Santa María, tú que con amor infinito de Madre Celestial acudes a librarnos de los embates del enemigo, ayúdanos a desatar los nudos que atentan contra nuestra santidad. Que podamos vivir de tal manera que, imitándote en todo, podamos amar y acercarnos cada día más a tu Hijo Jesucristo.
Jaculatoria
Señor Dios, bendito y alabado seas, porque en María Desatadora de Nudos, me has regalado un ejemplo que inspira en mi alma el amor y la solidaridad para cuantos soliciten mi ayuda en tu nombre.
Día
Séptimo
Santísima Virgen Desatadora de Nudos, agradecidos te bendecimos porque nos brindas el privilegio de solidarizarnos con nuestros hermanos vulnerables, los enfermos, los huérfanos, los ancianos solitarios y pobres, sin fe ni esperanza, transitando en esta vida en la que la amarga indiferencia del común de la gente en torno nuestro se muestra cada vez más agresiva. Ayúdanos a llevarte a ellos como signo de una gran esperanza y un inmenso amor.
Jaculatoria
Escucha Santa Madre, Virgen Desatadora de Nudos, nuestra plegaria fervorosa y regálanos el consuelo de la dulzura de tu amor y la confianza en las promesas de las bienaventuranzas.
Día
octavo
¡María, Virgen Desatadora de Nudos!, acude solícita a nuestro angustioso ruego en pro de los que aún no te conocen ni saben de tus milagros extraordinarios, especialmente de quienes, desorientados, abatidos y sin rumbo, deambulan por este valle de lágrimas sin una meta fija, sin fe ni esperanza y con un corazón atribulado. ¡Virgen Santa! Invítalos a que se acerquen a tu altar, con la confianza de que tú desatarás sus ligaduras malignas que tanto los atormentan.
Jaculatoria
¡María, Virgen Desatadora de Nudos!, tú siempre has vencido al común enemigo que provoca las diversas herejías del mundo y presiona las ataduras con que somete a tus hijos indefensos. ¡Ayúdanos a liberarnos del demonio y sus secuaces!
Día
Noveno
¡Dulce María, Madre de Dios y Madre Nuestra! Virgen Desatadora de Nudos, a ti dedicamos las mejores expresiones de gratitud porque inspiraste en nosotros sentimientos de amor y solidaridad. Esos mismos sentimientos queremos compartirlos con nuestros hermanos afectados por graves problemas que atentan contra su felicidad espiritual y material. Confiamos plenamente en tu intercesión milagrosa, y nos comprometemos a difundirla entre nuestros familiares y amigos.
Jaculatoria
Madre nuestra, Virgen Desatadora de Nudos, como prueba de filial afecto y sincero agradecimiento por los favores y gracias que nos brindas, te consagramos hoy, como ayer, y como siempre, nuestros sentimientos, nuestros ojos, nuestros oídos, nuestra lengua y nuestro corazón.
Bendícenos, ¡oh! Madre, Virgen Desatadora de Nudos, refugio del género humano, y afianza la paz plena y definitiva entre nuestros hermanos. Amén.
4. Concluir con una de las oraciones a Santa María Desatadora de Nudos.
Primera Oración
Santa María, durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre, y el maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones. Ya junto a tu Hijo intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas. Y al quedarte para siempre como Madre Nuestra, haces más claros los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que recibas en tus manos este nudo (se pone la intención).
Por tu gracia, por tu intercesión y con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora Nuestra, y desata los nudos que nos impiden unirnos a Dios, para que, libres de toda confusión y error, lo hallemos en todas las cosas, tengamos en Él puestos nuestros corazones y podamos servirle siempre en nuestros hermanos.
(Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre...)
Segunda Oración
Amada Virgen María, llenos de confianza nos dirigimos a ti, que desde la eternidad moras en el corazón de nuestro Padre Celestial. Tú conoces cuántas veces tus hijos caemos en enredos, tanto en la historia de los pueblos, como en nuestra propia vida.
¡Cuántas veces nos parece no tener salida! Por eso, venimos a ti: tú puedes desatar los nudos, pues conoces caminos para llegar a los corazones que nosotros ignoramos. Así pues, te traemos con fe nuestras intenciones (se pone la intención), estando seguros de ser escuchados, pues tú eres Nuestra Madre llena de amor.
(Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre...)
Tercera Oración
María Desatadora de Nudos, tú que desatas los nudos de nuestra vida extiende tu mano amorosa sobre nosotros y sobre el nudo que hoy te entregamos (se pone la intención). Madre del Amor, Madre que nunca abandona a sus hijos, vuelve a mí tu mirada compasiva, mira la cantidad de "nudos" en mi vida. Tú que conoces mis lágrimas y mi dolor, pongo en tus manos la cinta de mi vida, pues en ellas no hay nudo que no pueda ser desatado. Intercede por mí ante tu Hijo Jesucristo, mi Señor y Salvador.
María, a veces, el nudo, el enredo soy yo. Toma la cinta de mi vida enredada en tus manos y ayúdame a alisarla, despacio, tierna y pacientemente como tú lo sabes hacer. Intercede por mí, por mi familia, mis seres queridos y recibe hoy este nudo.
María que desatas los Nudos, sé mi refugio, ruega por mí.
(Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre...)
Conclusión
V/ ¡Cristo, rey nuestro!
R/ ¡Venga tu Reino!
V/ Santa María, Desatadora de Nudos.
R/ Ruega por nosotros.
Nota: Se puede también terminar con el rezo del Santo Rosario.